Esos 12 capítulos muestran experiencias muy diferentes pero todas ellas de conexión con la vida fértil, con la recolección, con acciones que los ciudadanos teníamos olvidadas y que algunos están recuperando. Sembrar, recolectar, descalzarse para pisar la hierba o admirar el esplendor de un árbol en flor son algunas de ellas.

Cuentan en la página del proyecto que el libro tiene su origen en El Jardín Escondido, puesto que al trabajar en ese primer libro se dieron cuenta de que muchas de las iniciativas nacidas para reverdecer la ciudad favorecían en el fondo necesidades humanas, ya sea la búsqueda de una alimentación más saludable y orgánica, ya sea la creación de vínculos vecinales para hacer comunidad en los barrios, en definitiva para mejorar la vida de todos.